sábado, 26 de mayo de 2012

Perdí...

Viviendo entre sueños y realidades...
Su llegada llenaba de ilusiones un corazón, el anhelo de ser madre... de un destino su mayor sueño.
Con apenas unos meses se formaba en ese vientre, creciendo sin detenerse... pero todo acabó antes de que su día llegase...
Despierta de una pesadilla, el sueño desvanece, rodeada por cuatro paredes, la realidad se hace evidente, el martirio queda en el deseo y con él, todo cuanto me rodeó yacía inerte.
Sintiendo el vacío que nunca quiso dejar, infinitas lágrimas cálidas que ahogan y... el sufrimiento en el alma de un dolor que no se puede superar...
Siete interminables días... Quién me diría cómo hubiese sido... Si sus ojos hubiesen sido los míos...
Cuán mayor será el dolor que traerá este calvario de sólo poder imaginar, de no poder entender por qué el día no pudo llegar si nunca lo dejé de esperar...
Fuerzas vencidas que no sueñan más, ilusiones rotas sin querer volverlo a intentar, sin querer continuar... Esa angustia aliada al dolor que crece en mí alma...
Desaparecen las ganas de seguir adelante, sin poder aferrarme a nada... a nadie...
Dejaré que los días pasen, que le tiempo siga cual río por su cauce.
Todo llegará a su fin.
... El mío llegó en el instante en el que mi vida con él... perdí...

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