domingo, 27 de mayo de 2012

Nana...


Sentir un gran dolor en medio de tanto sufrimiento,
me ciega de lo que mantenía dentro del entendimiento,
llevándose lo poco que quedaba en mí de sentimiento.
Sin demostrar expresión que no se peor para acallar esta tristeza,
optando por no ser mi propio agresor
y esperando a que haya algo que agradezca.
Crece el odio, tan torpe, traicionando este alma,
matando la mínima calma,
convirtiéndose en venganza.
No hay bendición que la traiga y me haga entender,
queda el infinito dolor que me dejó esta maldición.
Qué importa esta agresión tratada con alevosía,
no hay marcha atrás,
no hay solución,
no habrá un buen día,
ya nada calmará mi agonía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario